Walhalla o el Partenón del Danubio
Tal era la fijación del rey Luis I por la cultura clásica, y por ocupar un lugar preferente en la historia de Baviera, que en 1830 le encargó a su arquitecto de cabecera Leo von Klenze una réplica del Partenón de Atenas, destinada a albergar una colección de bustos de germanos ilustres. El emplazamiento, en lo alto de una colina sobre el Danubio, no fue menos pretencioso.
Asentado en un cerro sobre el río Danubio a su paso por la localidad de Donaustauf, apenas 10 kilómetros al este de Ratisbona y 140 km al norte de Múnich, encontramos el Walhalla, otra sorprendente muestra del talento y la ambición del rey Luis I.
Mucho se habla en la actualidad de Luis II y sus palacios de fantasía, y muy poco de su abuelo, que sin embargó sembró su reino de grandes obras, infraestructuras e instalaciones culturales, la mayoría de ellas plasmando su pasión por el arte clásico.
Uno de los monumentos más importantes de la época es precisamente el Walhalla, cuyo nombre responde a la mitología nórdica y que podríamos traducir por “Salón de los caídos”. Algo así como el Olimpo griego en versión germánica.
Arquitectónicamente, el Walhalla es una réplica del Partenón de Atenas, sostenido por un conjunto de 52 columnas dóricas de mármol. De la fachada principal parte además una gran escalinata que conecta el templo con la orilla del río, salvando un importante desnivel.
En el interior hay una única sala presidida por una estatua del mismo Luis I, en la que se disponen los bustos de personalidades ilustres del mundo germánico. Esto incluye personajes de todos los ámbitos, algunos nacidos fuera de las fronteras de la actual Alemania pero que tenían la lengua alemana como propia, en estos casos generalmente vinculados al Sacro Imperio Romano Germánico.
Hasta 1962 había 96 bustos, si bien el número se ha ido ampliando (actualmente hay 131) en las últimas décadas. Solamente hay una docena de mujeres. Es el Gobierno de Baviera quien, aconsejado por la Academia Bávara de las Ciencias, decide qué personajes incorporar a la selección.
Intervenciones sobre el Danubio
Además del Walhalla, inaugurado en 1842, Luis I promovió otras actuaciones importantes en la zona, por lo general pegadas al cauce del Danubio. Es el caso del Befreiungshalle, que conmemora la victoria alemana sobre Napoleón y se ubica en la cercana localidad de Kelheim.
En Ratisbona también hay una actuación arquitectónica destacada de Luis I, como son las agujas de las torres de la catedral gótica, que fueron incorporadas en el siglo XIX por deseo del rey.
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Cómo llegar:
Para llegar por carretera desde Múnich, hay que tomar la A9 hacia Núremberg y luego la A93 hacia Ratisbona. A la llegada a la ciudad, tomar la A3 en dirección a Passau. Por la Salida de Neutraubling dirigirse directamente hasta Donaustauf (Walhalla). Detalles:
En transporte público se puede ir en tren regional desde Múnich hasta Ratisbona. Allí hay que tomar un autobús a Donaustauf.
Visitas:
Abierto todos los días del año, excepto 24, 25 y 31 de diciembre, 1 de enero y martes de Carnaval. De 1 de abril a 31 de octubre, abierto de 9 a 18 horas. En invierno, de 10 a 12 y de 13 a 16 horas.
En cuanto a los precios, la entrada general cuesta 4,5€. Los menores de 18 años no pagan.
Más información:
Walhallastrasse 48; 93093 Donaustauf
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