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¿Por qué se llama Múnich? La respuesta está en el monje...

¿Por qué se llama Múnich?

München en alemán, Minga en bávaro, Múnich en español, Munique en portugués, Munich en inglés o Monaco di Baviera en italiano, son algunas de las traducciones del topónimo de esta ciudad cuyo origen se remonta al siglo XII. Pero, ¿por qué se llama Múnich?, ¿sabes de dónde le viene el nombre?

El origen del nombre de Múnich se lo debemos a los monjes, ¡tal como suena! Y es que cuando se fundó esta ciudad, oficialmente en 1158, se sabe que en el territorio ya existían asentamientos de monjes. A mediados del siglo XII, Múnich aparece mencionada como Munichen por primera vez en un documento escrito, concretamente en el llamado Acuerdo de Augsburgo o Augsburger Schied. Firmado el 14 de junio de 1158 por el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Federico I “Barbarroja”, el pactovenía a resolver una larga disputa territorial entre dos caballeros feudales y se refería en latín al nuevo Forum apud Munichen: un ‘mercado cerca de los monjes’. Y de esa primera denominación, acabó derivando el nombre de la ciudad.

Los historiadores no tienen del todo clara la ubicación exacta de esas primeras pequeñas comunidades de monjes pero, lo que sí sabemos, es que Munichen nació como un nuevo mercado, un lugar de paso en la ruta de la sal trazada desde Salzburgo hasta Augsburgo. Durante siglos, ese mercado se celebró en la llamada Plaza del mercado (Marktplatz), que hoy es el centro neurálgico de la ciudad y lleva el nombre de Marienplatz.

‘Acuerdo de Augsburgo’, documento fundacional muniqués. /WIKIPEDIA

El niño muniqués

A lo largo de los siglos la figura del monje ha acompañado todos los emblemas de la ciudad, luciendo con orgullo en su escudo y bandera. Sobre el escudo, el monje se representa con un hábito negro con ribete dorado, zapatos rojos y con ambos brazos extendidos: con la mano izquierda sostiene un libro rojo, el libro de los Evangelios, y con la mano derecha hace un gesto de juramento o bendición. Con el paso del tiempo, la figura del monje fue evolucionando, a veces siguiendo los gustos de cada época, y se representó de diferentes formas hasta acabar dulcificado en el aspecto de un niño que es conocido como el Münchner Kindl, el ‘Niño muniqués’. El Münchner Kindl es uno de los símbolos más populares de la ciudad, todo un icono publicitario que adorna postales, souvenirs y anuncios.

Si vienes a Múnich, encontrarás la imagen del monje en muchos rincones de la ciudad y te sorprenderá descubrirlo en lugares como la punta más alta de la torre del Ayuntamiento nuevo, el frontal de los tranvías, el exterior de los vagones del metro, los posavasos de las cervecerías, las alcantarillas de las calles… y, ¡hasta en alguna de las camisetas del Bayern de Múnich! El equipo de fútbol más poderoso de la ciudad incorporó la pasada temporada la imagen del Münchner Kindl en el dorsal de sus tricots como homenaje a la ciudad y símbolo de las raíces del club.

Cada año Múnich celebra su aniversario a lo grande. El 14 de junio marca el calendario de la ciudad y los festejos se alargan durante todo un fin de semana en el que no faltan los eventos culturales, los conciertos musicales y las vistas guiadas especiales. La ciudad se pone de fiesta, garantiza diversión para todas las edades, y es un excelente momento para venir a conocerla.

Por cierto, ¿sabes cuántos años cumple Múnich en 2023? ¡865 años de historia!


Si quieres aprender más sobre la historia de Múnich, apúntate a una visita guiada por el centro de la ciudad con nosotros.

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Felizmente afincada en Múnich con su familia, Raquel es licenciada en Filología. Su trayectoria profesional ha estado siempre vinculada al mundo de la edición editorial, tanto en España como en Alemania, hasta que descubre el apasionante mundo del turismo. Se mueve con soltura por Baviera en general y Múnich en particular, donde es fácil encontrarla guiando en alguno de los palacios construidos por los Wittelsbach. Es guía oficial de Múnich y socia en Bayern a medida.

Comentarios (1)

  • Irene

    Qué Interesante Raquel! Y lo pongo en mayúscula porque me ha gustado mucho el Post.
    Un abrazo desde Múnich

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