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Brindis incómodos en tiempos de pandemia

Este lunes 18 de mayo reabren por fin las terrazas y los biergärten en Baviera. De momento, lo hacen sometidos a estrictas normas para tratar de contener la epidemia de coronavirus

El concepto gemütlichkeit es sin duda uno de mis vocablos preferidos de la lengua alemana. Por mucho que uno compruebe el significado en el diccionario (comodidad, placidez), la mejor manera de comprender la idea que aguarda esta palabra es echar una tarde de verano, sin reloj mediante, a la sombra de unos castaños bien frondosos, con unos buenos amigos, en un biergarten. Y que caigan unas cuantas helles, y venga las risas, entre bocados de brezel y obazda, quizás unas raciones de pollo asado y pommes devoradas de modo primitivo, y conversaciones desinhibidas entre colegas, mientras cae la noche lentamente. Sin prisas. Por mi parte, diría que es lo más parecido a la plenitud que he sentido en este país.

Raro se me hace pensar en esa gemütlichkeit esta temporada de primavera/verano, afectados como estamos todos por la pandemia de coronavirus. En Múnich no lo ven claro ni los restauradores, que tras más de dos meses con la persiana bajada abren por fin sus terrazas y jardines de cerveza a partir de este lunes 18 (el interior de los restaurantes podrá regresar a la actividad el próximo lunes 25). 

El mismo Süddeutsche Zeitung publicaba la semana pasada una crónica al respecto cuyo titular resumía la idea de lo que nos espera con una maestría digna de elogio. Ein Prosit der Ungemütlichkeit (Un brindis por la incomodidad), rezaba el texto, jugando con la letra de la celebérrima canción Ein Prosit der Gemütlichkeit (Un brindis por la comodidad), un himno, el grito de guerra de cualquier biergarten que se precie, y que invita a los comensales cíclicamente a brindar por la plenitud, por la buena vida. 

Pero, ¿cuán incómoda será en realidad la visita a uno de estos lugares en tiempos de Covid-19? Según se mire, al fin y al cabo la gemütlichkeit es en parte un estado de ánimo, y los estados de ánimo se sobreponen a la adversidad si se lo proponen. Sea como sea, gemütlich o ungemütlich, tomarse unas mass en un jardín de cerveza este año estará sujeto a las siguientes normas:

Horarios reducidos

Para empezar, los biergärten tendrán que adelantar la hora de cierre hasta nueva orden. A 18 de mayo se ha establecido cierre a las 20 horas, aunque probablemente los horarios se relajen en las próximas semanas.

Mascarilla para todo, excepto en la mesa

En restaurantes, y en principio también en terrazas al aire libre, se establece obligación de llevar mascarilla tanto en el acceso, en la visita a los servicios o a la hora de pedir en los puestos. Es decir, en todo momento excepto en la mesa.

Distancia de seguridad

Se establece una distancia de seguridad de 1,5 metros, con camareros, con otros huéspedes, incluso con personas que se sienten en una misma mesa. Aquí hay algunas excepciones: miembros de una misma familia (que vivan juntos), o personas que convivan en una vivienda o en un máximo de dos viviendas diferentes, no están obligadas a mantener las distancias.

Aforo reducido

Para mantener las distancias establecidas, los aforos tanto en biergärten como en espacios gastronómicos en general se verán reducidos. 


Más información: Reglas para la visita a un restaurante o biergarten en la web oficial muenchen.de (en alemán)

Aterrizado en Múnich por casualidad y establecido por convencimiento, Jordi es un periodista reconvertido felizmente a guía. Editor de Muniqueando y colaborador freelance en varias revistas, ha convertido su pasión por los viajes (y por Baviera) en una profesión. Es guía oficial de Múnich y socio en Bayern a medida. En temporada alta pasa más tiempo en los Alpes que en su casa. Adora los tours por Múnich, especialmente si son en bicicleta.

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