El restaurante de Paulaner en la Kapuzinerplatz no es solo otra cervecería típica marca de la casa. Durante décadas, aquí se ubicó la fábrica de cerveza Thomasbräu, hasta su integración en Paulaner en 1928. Hoy siguen produciendo sus propias maltas.
Con más de cien años de trayectoria (abrió sus puertas en 1889), la Paulaner Bräuhaus de Kapuzinerplatz es, sin lugar a dudas, una de las cervecerías a tener en cuenta cuando se visita Múnich.
Ya no solo por el peso de la historia, que también, sino porque esta antigua fábrica y taberna de gestión familiar (Thomasbräu) integrada ya en 1928 en el grupo Paulaner sigue, todavía hoy, elaborando sus propias cervezas. El resultado: unas maltas Paulaner diferentes, increíblemente frescas, espumosas, cargadas de sabor, que se disfrutan placenteramente sin prisas.
Es más, los impecables alambiques de cobre en los que se producen las birras del local aparecen a la vista del cliente, en un extremo del mismo. Algo que facilita la celebración de catas y visitas guiadas, cuando se trata de pequeños grupos.
Pero no solo de cerveza vive el hombre, ni siquiera el cervecero. Paulaner Bräuhaus, pese a lo que pueda parecer desde la calle, alberga un restaurante tradicional bastante correcto, seguramente de lo mejorcito de su especie en lo que a la ciudad de Múnich representa.
En la carta, los imprescindibles de cualquier mesón bávaro: entrantes a base de embutidos y quesos, salchichas, pato al horno, asados de cerdo y, como no, codillo. Todo bien servido y suficientemente fresco como para que la experiencia sea completa. Los precios de los principales, no son los más bajos de la ciudad, si bien tampoco son nada preocupante (12€ por un asado de cerdo; 21€ por un gulasch).
Por su parte, el local cuenta con varias salas, reformadas recientemente con acierto. La estética, contra lo que suele ser habitual, es marcadamente contemporánea, con matices indudablemente bávaros.
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En verano, además, la cervecería cuenta con un biergarten en el que es posible encargar comida del restaurante.
En cuanto al servicio, como siempre, una lotería. Ya se sabe que los camareros bávaros, y los que en esta tierra trabajan como tal, son capaces de lo mejor y de lo peor. Nada determinante, cuando de lo que se trata es de beberse una buena cerveza acompañada de unas salchichas y un plato de chucrut.
Como apunte final, hay que tener en cuenta que, aunque llegue el metro hasta el lugar tras unas pocas paradas desde Marienplatz, no se trata de un restaurante ubicado en el centro histórico al que el viajero pueda acceder caminando. Pero incluso esto tiene su parte buena: la distancia con el Altstadt es un filtro de turistas perezosos.
Más información:
Kapuzinerplatz 5
www.paulaner-brauhaus.de
Perfil de Paulaner Bräuhaus en Tripadvisor
Abierto todos los días desde las 11 h
Cómo llegar:
U-Bahn U3 o U6. Parada en Goetheplatz
Bus 58. Parada en Kapuzinerplatz