Ubicada en el lugar donde hace casi 700 años empezó a producirse la Augustiner, el Klosterwirt es una de las mejores bazas para adentrarse en la cultura de cerveza y asado de cerdo bávaro sin moverse un milímetro del centro.
Abierto a finales de 2013 y reconociblemente nuevo, el Augustiner Klosterwirt amaga sin embargo una centenaria historia, pues el edificio de nueva planta en el que se ubica se asienta frente al antiguo claustro de los monjes agustinos de Múnich, cuya pionera bebida es hoy la cerveza más antigua de cuantas se fabrican en la ciudad –fue fundada en 1328–.
Sin ser el restaurante emblema de Augustiner en el Altstadt –hay tantos bajo la bandera de la marca que sería difícil señalar uno: quizás el de la Neuhauser Strasse–, el Klosterwirt no guarda relación tampoco con el centro de producción actual de la marca, cuya fábrica se encuentra en el distrito de Schwanthalerhöhe.
Aún así, esta cervecería moderna aunque de corte tradicional se ha convertido en poco tiempo en una de las referencias de Augustiner en el centro, bajo mi punto de vista merecedora de colarse en cualquier selección de restaurantes tradicionales bávaros que tome por referencia el casco histórico –es cierto que aquí no se hallan los mejores, por mucho que sean los locales más concurridos–.
En cuanto a la cocina, se nota la mano del restaurador Gregor Lemke, muniqués que antes de gestionar este local hizo lo propio durante varios lustros con la famosa taberna de Núremberg Bratwurst Röslein. Resultado: una cocina tradicional que, sin grandes sorpresas, es más que correcta, incluyendo en la carta algunas referencias típicas de la región de Franconia.
Es el caso de las pequeñas salchichas asadas nuremburguesas (a partir de 8,5 €) o del delicioso schäufele (16,5 €), un asado típicamente francón muy similar al codillo. Quizás algo menos grasoso que este otro, el schäufele se corresponde con la espalda del gorrino y se sirve igualmente con knödel.
Disponen de algunas ensaladas, las cuales sin ser nada del otro jueves son la mejor alternativa a los platos de carne, dado que las dos o tres referencias de pescado son más bien pobres.
En cuanto a precios, es cierto que no son los más ajustados que se encuentran por Múnich, pero hablamos de unos céntimos de margen que a más de uno les merecerá la pena pagar, pues la diferencia se corresponde con las especialidades en carta u otros aspectos accesorios pero a tener en cuenta. Es el caso de la ubicación, a la puerta mismo de la catedral.
Servicio y local
El servicio es como siempre en la zona centro una lotería. Con una mayoría de camareros del este de Europa, su simpatía y paciencia con el desorientado viajero dependerá de la cantidad de mesas que tengan por atender.
Sobre el sitio, aunque nuevo, el local es de corte tradicional. Muy agradable la sala abovedada del sótano, donde seguramente se hayan almacenado cientos de barriles de augustiner durante siglos.
Un par de aspectos más a tener en cuenta: cierran a las 24 horas, con cocina caliente hasta un rato antes; conviene reservar en caso de ser un grupo numeroso o querer ir a cenar en fin de semana o víspera de festivo.
En resumidas cuentas, un “a tener seriamente en cuenta” si andamos en busca de una cervecería tradicional en el centro histórico de Múnich. Sin dudarlo antepongo el Klosterwirt de Augustiner a míticos como la Augustiner de Neuhauser Strasse o la Hofbräuhaus de la Platzl, a no ser que se vaya en busca del mogollón.
Más información:
Augustinerstrasse 1
www.augustiner-klosterwirt.de
Perfil del Klosterwirt en Tripadvisor
Abierto todos los días de 9:30 a 24 horas
Cómo llegar:
S-Bahn líneas 1-8, U-Bahn U3 o U6, Bus 52. Paradas en Marienplatz