¿Leones en Baviera? Hasta la bandera
Más allá del zoo de Múnich me resulta complicado pensar en cruzarme con algún león (vivo) por Baviera. No obstante, para nada es un concepto exótico aquí, al contrario: la figura del león está estrechamente ligada a la historia local.
La figura del león es una figura recurrente en la historia de Baviera, algo que hoy podemos comprobar con facilidad si nos damos una vuelta por el centro de Múnich. Es casi omnipresente.
Vinculada a la familia de los Wittelsbach, dinastía gobernante en Baviera entre 1180 y 1918, el león forma parte de la inmensa mayoría de escudos de armas de sus diferentes miembros.
Algo que ha trascendido a los mismos Wittelsbach y su monarquía, pues el Estado Federado de Baviera todavía hoy incorpora estos animales en su escudo. Hasta media docena de leones, entre otros, lo conforman.
Por un lado, dos leones dorados que sostienen el escudo de armas; en su interior, un león dorado en referencia al Palatinado, y otros tres, negros, en referencia a la región de Suabia.
Así las cosas, es relativamente fácil cruzarse por la calle con esculturas de todo tipo en las que aparece representado el león, ya sea en referencia a los Wittelsbach o al mismo territorio de Baviera. En el centro de Múnich, por ejemplo, destacan los de la llamada Feldherrnhalle, en Odeonsplatz.
Junto a la escaleras de este monumento encontramos dos grandes leones de mármol, colocados en 1906, y que en este caso hacen referencia no solo a Baviera, sino también a Prusia. En el interior de la logia, aparece un tercer león, integrado en un conjunto escultórico, que representa directamente a los Wittelsbach.
Unos pocos metros más allá se hallan las dos antiguas puertas de acceso a la Residencia real (Residenz). Cada una de ellas está flanqueada, de nuevo, por dos leones, de bronce. Figuran en el lugar desde el siglo XVII, y se dice que acariciarles el morro al pasar junto a los mismos, trae suerte.
El león aparece también en otros grandes monumentos muniqueses. Es el caso de la escultura de Bavaria en Tehersienwiese, el recinto del Oktoberfest; de la cuádriga tirada por leones en el Siegestor (Arco de Triunfo) a la entrada a la Ludwigstrasse; o del basamento de la escultura del rey Maximiliano I, frente a la Ópera.
Más allá de la capital, existen otros destacados monumentos en los que la figura del león honra la memoria de los antiguos gobernantes. Es el caso de la columna dedicada a Otón de Baviera (Otón de Grecia, pues gobernó en Grecia entre 1832 y 1862) en Ottobrunn, o del gran león que preside el puerto de Lindau, a orillas del lago Constanza.
Igualmente, el león trasciende la heráldica en Baviera. Uno de los clubs deportivos bávaros más importantes, el TSV 1860, incorpora este animal a su historia, e incluso a su onomástica. El 1860, conocido popularmente como el Sechzig (Sesenta), tiene un segundo apelativo: Die Löwen o, traducido al español, Los leones. El león, incluso, aparece en el escudo del club, cuyo principal equipo de fútbol milita actualmente en la liga bávara, si bien no hace tanto era un fijo de la Bundesliga.
Y mucho más, la misma empresa patrocinadora del TSV 1860 es una aseguradora local llamada die Bayerische, o La bávara, cuyo emblema es la silueta de un león. No es el único caso en el mundo de la empresa: una de las principales cerveceras de Múnich, y Alemania, recurre tanto al nombre como la figura del león. Se trata de Löwenbräu (Cervecería del León), una de las seis grandes de Múnich.
Así podríamos estar horas, entre escudos, banderas y representaciones varias de la figura del león. Leones hasta en la sopa en Baviera. O mejor dicho, hasta la bandera de leones. Literalmente.