Ruta a pie por Schwabing

A menudo obviado por el viajero, Schwabing es uno de los mejores lugares para perderse una mañana. Hogar de artistas y literatos durante décadas, hace mucho que dejó de serlo y, sin embargo, ha cambiado para seguir siendo 100% Múnich.

Uno de los barrios con más solera de la ciudad, sino directamente el más bonito, Schwabing es sin embargo uno de los más difíciles de visitar. Lo de este distrito, históricamente bohemio y hoy esencia de lo muniqués (que ya no es para nada alternativo), es el encanto de la normalidad. Modernista, burgués, cosmopolita, antiguo, verde, limpio… Olvídense de él los que no saben sobrevivir sin grandes monumentos, que pasen los paseantes, les aguarda un pequeño paraíso.  Aquí les proponemos una ruta para sacarle el jugo.
Antes de empezar, hay que matizar que Schwabing no es uno solo, sino muchos. En la parte suroeste, junto a Maxvorstadt, se nos presenta un distrito joven, cultural y universitario, si bien es mejor aproximarse a calles como Türkenstrasse o al mercado de Elisabethplatz en el marco de una visita aparte, centrada quizás en el arte.
En el norte y oeste, Schwabing se rejuvenece, los edificios con carácter se combinan con otros sin interés, periféricos, perdiendo de vista el punto modernista y señorial característico. Eso sí, los que buscan lo frondoso en medio de la jungla urbana no han de dejar escapar la oportunidad de subir hasta Olympiapark, más allá de Schwabing West. Otro atractivo periférico sería, ya en Freimann, el Allianz Arena. Tampoco caben en este paseo.
Realizada la criba de rigor, nos centramos pues en una caminata de unos 4,5 kilómetros para recorrer el cogollo de este ensanche, con punto de inicio y final en la central Münchner Freiheit. Esta parada de metro (U3 y U6) ubicada en una bulliciosa plaza homónima da origen a una ruta que arranca por el costado occidental de Leopoldstrasse, arteria principal que segmenta el barrio en dos mitades.
Una buena idea es pasarse para empezar por la tranquila Kaiserstrasse, donde tropezamos con los primeros palacetes del siglo XIX. Si vamos dirección sur por la Friedrichstrasse nos cruzamos con la Franz-Joseph-Strasse. En el número 19 de esta avenida se halla uno de los mejores ejemplos de Jugendstil en Múnich.
Un poco más abajo, se encuentra la Ainmillerstrasse, con otros dos excelentes paradigmas de edificaciones modernistas (números 22 y 24, por ejemplo). En esta callejuela, hoy en día ago destartalada, vivieron a principios de siglo XX Wassily Kandinsky y Gabriele Münter, impulsores del movimiento artístico muniqués más célebre: el Jinete Azul.

En la misma zona vivieron los hermanos Mann, y en concreto el Premio Nobel Thomas Mann, en los días previos a la Primera Guerra Mundial. Es posible encontrarse con alguna placa que recuerde el paso de artistas y escritores por el barrio, si bien muchos de los inmuebles ocupados por éstos son hoy bloques de construcción posterior.
Antes de cruzar a la parte oriental del barrio, la más antigua, conviene pasarse por la mítica Academia de Bellas Artes de Múnich. Para ello seguimos bajando por la Friedrichstrasse y cruzamos de camino la Georgenstrasse, donde no faltan los edificios singulares de carácter neoclásico e historicista.

Ya en la Akademie, merece la pena detenerse un instante a contemplar el exterior de esta escuela de artistas, hoy ampliada con una segunda sede que lleva el sello del gabinete de arquitectos Coop Himmelb(l)au.
Tras el paseo por la Akademiestrasse, cruzamos al otro lado no sin dejar de echarle un ojo al Siegestor, arco de triunfo levantado en tiempos de Luis I y reconstruido tras la guerra. Éste marca la frontera entre Schwabing y Maxvorstadt.
Una vez en la parte antigua de Schwabing, atravesamos la Schackstrasse hasta la Königinstrasse, que separa el vecindario del Jardín Inglés. En esta agradable vía se combinan los palacetes con las zonas ajardinadas. De camino, tropezamos con las sedes centrales de Allianz y la Münchner Rückversicherung, la gran reaseguradora local cuyo edificio principal data de principios de siglo XX.
Otra construcción singular en la calle es la encantadora, y chic, cafetería de la escuela de equitación (Cafe Reitschule), ideal para alto en el camino.

Al llegar a Maria-Josepha-Strasse, mi recomendación pasa por desviarse unos metros para dejarse caer por la Seidlvilla, un centro cultural ubicado en la antigua vivienda del arquitecto historicista Emanuel von Seidl. El edificio es singular, como también el patio y el mismo programa lúdico de la casa.

Finalmente, el tramo definitivo recorre la aledaña Mandlstrasse, donde se pueden observar preciosas viviendas ajardinadas, entre las que se cuenta el antiguo ayuntamiento de Schwabing. Al final de la misma se erige el Maibaum, que nos recuerda que este lugar algún día fue un pueblo autónomo. A los pies del Árbol de Mayo termina el itinerario, que puede derivar en el regreso al centro histórico en metro vía Münchner Freiheit (hay que seguir por Feilitzschstrasse) o en una incursión posterior en el Englischer Garten.