Entre los cafés más distinguidos de la ciudad, el Luitpold ocupa un lugar especial. Más de un siglo largo de historia para esta cuidada cafetería, que incorpora carta de restaurante (cierra a las 23 h), en la que merece la pena hacer una pausa. ¿Por dónde hace agua? En el servicio.
Tras aplazar la visita al Cafe Luitpold durante más de un año, sucumbo a los cantos de sirena de este histórico café y bar muniqués, entre los mejores en la gama media-alta. No en vano, tras la primera visita lo incorporé finalmente a mi lista de favoritos.
Sin sobresaltos, el Luitpold es lo que parece a bote pronto, un café con una larga tradición a sus espaldas y de corte clásico, lo que se hace notar en su carta. Genial en cualquier caso la vitrina de dulces y pasteles, de gran ayuda para la vista a la hora de elegir pedazo de tarta (entre 3,7 € y 4,9 €).
En lo referente a la decoración interior del local, interesante, en la misma línea que el resto del establecimiento. Si hay un elemento que rompe la armonía, ese es el servicio, especialmente la poca elegancia con la que los camareros animan a pagar la cuenta una vez terminada la consumición.
En resumen, el Cafe Luitpold es un clásico en mayúsculas entre los de su condición en Múnich. Recomendable para romper la tarde tomando un refresco entre amigos del buen gusto y las buenas maneras.
“Un clásico en todos los sentidos”
Más información:
Briennerstr. 11
Página de Luitpold en facebook
Abierto todos los días: lunes de 8 a 19 h; de martes a sábado de 8 a 23 h; domingos de 9 a 19 h
Cómo llegar:
U-Bahn U4, U5, U3 o 06. Parada en Odeonsplatz