Con el traslado de la fábrica de Paulaner a las afueras, la marca muniquesa más internacional ha puesto fin, de momento, a su programa de visitas guiadas. Que no cunda el pánico, existen bastantes alternativas, para visitar una fábrica de cerveza, y conocer el proceso de producción, sin alejarse demasiado.
A día de hoy, una vez Paulaner ha cesado su programa de visitas guiadas y dado que Augustiner mantiene cerrada su planta a cal y canto, las únicas fábricas muniquesas de cerveza que muestran de forma regular sus procesos de producción son Spaten y Hofbräuhaus.
No obstante, hay numerosas productoras en el área metropolitana, de menor tamaño pero no por eso de menor interés, que sí disponen de programas regulares de visitas guiadas.
Empecemos, en todo caso, por la ciudad:
Spaten
La planta de Spaten, hoy en día en manos del conglomerado Anheuser Busch InBev (primer fabricante del mundo, aglutina una cuota de mercado cercana al 25%), acoge hoy la producción de Löwenbräu, Spaten y su cerveza de trigo, la Franziskaner. Es el único lugar dentro del casco urbano de Múnich donde todavía se puede conocer por dentro una fábrica de cerveza.
A pesar de todo, los tours regulares solo se ofrecen en inglés y en alemán, únicamente el primer viernes de cada mes, los sábados, así como unos pocos días sueltos. Los horarios son variables, mientras el coste de la visita es ciertamente elevado: 19€ por persona, e incluye una cata de tres variedades, una brezel y una porción de leberkäse.
Programan visitas privadas sobre encargo, pero el coste es alto, pues el mínimo son 20 personas, o 320€.
Más información: www.franziskaner-weissbier.de/ext/visitorcenters/de/index
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Hofbräu
Que nadie se emocione, la cervecería más famosa de Múnich, la Hofbräuhaus am Platzl, no ofrece a los visitantes la opción de descubrir su proceso de producción. Básicamente porque sus birras ya no se elaboran en el local ni en sus inmediaciones, sino en la fábrica que esta marca estatal (Staatliches Hofbräuhaus in München) tiene a las afueras de la ciudad.
Concretamente, en el distrito de Riem, en un polígono a 12 km de Marienplatz de acceso remotísimo para todo aquel turista que quiera desplazarse en transporte público. Hay metro y tren de cercanías hasta el barrio, pero la fábrica dista unos 2 km de las respectivas estaciones (30 min andando). Así pues, el desplazamiento es solamente aconsejable en transporte privado, o taxi.
Tampoco conviene presentarse sin reserva previa. En este caso, las visitas son casi diarias, de lunes a jueves a las 10 de la mañana, pero la empresa aconseja inscripción previa con dos semanas de antelación.
La visita guiada, en alemán o inglés, arranca en la taberna junto a la fábrica y cuesta 10€ o 15€. 10€, sin tentempié; 15€, con weisswurst o leberkäse y una cerveza de 0,5 l.
Más información: www.hofbraeu-muenchen.de/en/the-hofbraeu-world/brewery-tours
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Estas son algunas de las que se visitan, en los aledaños:
Ayinger
A unos 30 km al sur de Múnich se encuentra la fábrica de Ayinger, cervecería privada de tamaño medio que ha desarrollado con tino su programa de visitas guiadas. Tienen lugar los martes (11h), jueves (18h), sábados (10h) y el primer domingo de cada mes (10h). Duran dos horas e incluyen una cata, todo al precio de 9€ por persona.
Además, Ayinger organiza visitas a medida en cualquier otra fecha, en este caso bajo petición en el mail brau.erlebnis@ayinger.de.
Sobre la accesibilidad, casi es más accesible que la Hofbräuhaus para aquellos que usen el transporte público. Hay que tomar el S7 hasta Aying. Una vez en el pueblo (40 min de trayecto), la cervecera está a 700 metros de la parada de tren (8 min). En coche, se llega por la A8 en dirección a Salzburgo, hasta la salida 96-Hofoldinger Forst. Luego hay que seguir la St.2070 hasta Aying. Son unos 35 minutos desde el centro de Múnich, sin tráfico.
Más información: www.ayinger.de/cms/index.php/brewery-tours.html
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Wehienstephaner
En Freising, 40 km al norte de Múnich, se halla la abadía de Weihenstephan y la fábrica de cerveza del mismo nombre. Propiedad del Estado de Baviera, esta instalación histórica acoge restaurante, museo, además de ofrecer visitas guiadas regulares. Concretamente, de lunes a miércoles a las 10 horas (los martes, también a las 13:30 horas).
La visita es corta, unos 60 minutos (8€), el doble si es con cata (11€).
Se llega fácil desde Múnich: o bien usando el S-Bahn S1 (tren cercanías) hasta Freising, o bien con un tren regional con parada en la ciudad, desde Hauptbahnhof. Son 50 a 80 minutos, de puerta a puerta, según el transporte elegido. En coche, se sigue la misma carretera del aeropuerto (A9 y A92) hasta Freising. Es posible acceder hasta la misma colina de Weihenstephan con el auto.
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=k5F7JfXSepI]
Más información: www.weihenstephaner.de/en/our-brewery/brewery-tour
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Weltenburg
Mucho más lejos tenemos la cervecería de Weltenburg, asociada al monasterio benedictino del mismo nombre. El lugar, a orillas del río Danubio a unos 100 km de Múnich en dirección Ratisbona, bien merece una excursión. Y no solo por la cerveza, aunque también por ella.
La Weltenburger, supuestamente producida desde el año 1050, es una birra lograda que se sigue elaborando de forma artesanal. La pequeña planta de producción se muestra cada sábado y domingo, en visitas cortas (60-90 min) durante todo el día.
Los viajeros que quieran visitarla en otros momentos, tienen la opción de concertar una visita privada, a lo que la marca accede, siempre que se haga con tiempo. Los costes son de 11€ en visita regular. Las privadas tienen un fijo de 180€.
En el patio de la abadía hay un restaurante tradicional.
Más información: www.weltenburger.de/brauereifuehrungen