Starnberger See

Con 58 kilómetros de perímetro, el Starnberger See es uno de los mayores lagos de Alemania y el más próximo a la ciudad de Múnich –unos kilómetros al sur-. En verano, sus orillas se convierten en extraordinarias playas.

Son varias las alternativas que ofrece Múnich cuando el calor aprieta, desde un baño en el Englischer Garten a una mañana en una de sus piscinas municipales. Todavía mejor es poner rumbo a uno de los múltiples lagos que salpican el sur de Baviera. Por accesible, pero también por la calidad del agua y sus paisajes, destaca el Starnberger See, al que se puede llegar a través de la red de transporte metropolitano muniquesa.

Cuatro paradas de la linea S6 de S-Bahn, entre Starnberg y Tutzing, nos dejan a orillas del lago, en su cara oeste. Para entonces, lo ideal es bordearlo parcialmente en busca de una tranquila zona de baño –mejor en bici-, a menudo acompañadas de grandes explanadas en las que poder hacer un picnic o una barbacoa. No faltan junto al agua las cervecerías y restaurantes, en ocasiones especializados en platos de pescado.

El paisaje, salpicado de colinas y con los Alpes de fondo, es simplemente sensacional, de la misma forma que el agua cristalina y gélida de este lago natural, procedente del deshielo glacial.

Además, Starnberger está rodeado de carriles para bicicleta –por momentos, las bicis han de circular por la carretera que lo circuncida pero no supone ningún problema-, y no faltan las actividades deportivas, también accesibles para los turistas.

Por otro lado, los más comodones pueden recorrer el Starnberger See de punta a punta en uno de los ferrys dispuestos para tal efecto, con salida y regreso a Starnberg. El tour completo cuesta 16,50 euros  y es posible embarcar una bici por 2,5 euros adicionales. Hay billetes más económicos para trayectos concretos.

Zonas de baño
Visitarlo siempre es una buena idea, pero acercarse con la llegada del calor, bañador en mano y en bicicleta, puede convertirse en una experiencia genial.

En este sentido, existen zonas habilitadas para el baño alrededor de todo el Starnberger. En la cara oeste encontramos las más accesibles, como la de Feldafing –en este tramo hay grandes explanadas de césped– o Tutzing –junto al pueblo con una pequeña playa y un popular biergarten–. Algo más abajo, inaccesible en tren, encontramos la zona de Bernried. Aunque esta área es menos confortable que las otras dos, cuenta con el atractivo del Museum Buchheim, tanto por la arquitectura del edificio como por la colección de arte expresionista.

Sobre la cara este, a la que se llega en transporte privado, bus o bien pedaleando, me quedo con la cercana zona de playa a las afueras de Starnberg. Por agradable, al tener un kiosco y por lo fácil que resulta alcanzarla.

Ya a unos 6 km de Starnberg se llega a Berg, pequeña locailidad en la que existía un palacio propiedad de la realeza bávara, los Wittelsbach. Aquí, a la orilla del agua, fue encontrado sin vida junto a su médico el rey Luis II de Baviera. Hoy en día encontramos dos cruces, una de ellas dentro del agua, y una capilla en su memoria.

Finalmente, el pueblo de Ambach en el extremo sureste cuenta con una interesante zona de baño y camping. El problema, si se va en bici, puede resultar de lo apartado del lugar o la falta de supermercados o restaurantes en los que reponerse. Como contrapartida, existen casas de pescadores que abren sus puertas al público, incluso en festivos, para la compraventa de bebidas frescas o bocatas caseros a base de trucha asalmonada y rábano picante. Normal, además venden pescado fresco crudo como cualquier pescadería al uso. Es, cómo poco, el lado más pintoresco de Starnberger See.

“Siempre recomendable, en verano una experiencia genial”

Más información:

Entrada sobre Starnberger See en la web estatal de Baviera sobre castillos, lagos y jardines, en inglés

Web turística de Starnberger See y los cinco lagos que rodean Múnich, en inglés

*primera actualización, junio de 2012; última actualización, 30 de julio de 2013