El Altstadt o centro histórico muniqués se camina tranquilamente en un día completo, tiempo suficiente para descubrir, aunque sea ligeramente, los principales elementos de interés en la zona. A continuación, un posible itinerario para no perder detalle de lo mejor.
No engaño a nadie si digo que, aunque periodista, a día de hoy me gano la vida principalmente recorriendo y enseñando las calles de Múnich y los pueblos de Baviera a los viajeros que se prestan.
Más como periodista que como guía turístico, y siempre con la mejor intención, relataba en Múnich, una guía que nació muniqueando la posibilidad de realizar varios circuitos a pie por la ciudad.
Recomendaba además la opción de hacerlos sumándose a los tours que ofrecen las empresas Cultour, Radius o Bayern a medida (de la que soy parte interesada). Lo hice sinceramente porque creo que ofrecen los mejores servicios, aunque es verdad que existen otras compañías que realizan estos recorridos en español y a cambio de una propina para el guía al final de los mismos.
Pero, por mucho que un guía de turismo nos explique las cosas que vemos con detalle, ¿qué pasa si no tenemos tiempo o no nos interesa contar con sus servicios? Pues que nos damos la vuelta a pie por nuestra cuenta, fácil.
Para estos individualistas, aquí una posible ruta a pie por el Altstadt. Eso sí, sin interpretaciones:
Esta misma ruta aparece relatada de forma más completa en el libro. Se trata de un paseo de 5,6 kilómetros sin salir apenas del Altstadt. La duración estimada oscila entre las dos y las tres horas, que pueden llegar a ser cinco si nos detenemos en cada monumento y visitamos el interior de alguno de ellos.
Una buena forma de empezar es hacerlo en Karlsplatz, siguiendo por la Neuhauser Strasse hasta la iglesia de San Miguel y la catedral.
Si hemos empezado poco antes de las 11 o las 12 horas, interesa proseguir directamente hacia el corazón muniqués, pues a esas horas se celebra en Marienplatz el pequeño espectáculo del carillón. Vemos sus figuras moverse en el edificio del Nuevo Ayuntamiento, el Antiguo es el que queda al fondo de la plaza.
Un recorrido que se precie no debería menospreciar al menos otras dos iglesias en el centro: la de San Pedro y la de los hermanos Asam. En la primera, al lado mismo de Marienplatz, encontramos también el fabuloso mirador, mientras que para llegar a la segunda, joya del barroco tardío, hay que desviarse por la Sendlinger Strasse.
Una vez terminada la visita a la pequeña Asamkirche, lo mejor es desandar un poco en busca de la plaza de St. Jakob. Allí destaca entre otros el Museo de la Ciudad. Los amantes del souvenir no deben obviar la tienda del mismo; los del buen café, su cafetería encarada a sol durante la mayor parte del día.
En caso de querer hacer una parada técnica a mitad de mañana, mi consejo es el de detenerse en el biergarten de Viktualienmarkt. Fantástico para cerveza y probar alguna delicia del mercado central. Muy cerquita de este tenemos un segundo mercado, gourmet. Es el Schrannenhalle, que se observa desde la misma plaza de St. Jakob desde la que llegamos a la zona.
La ruta debería de seguir en busca de algunas de las cervecerías típicas muniquesas. Por ejemplo la Weisses Bräuhaus en el Tal y, sin duda, la Hofbräuhaus en Platzl.
El tramo final del itinerario nos invita a pasear por el extremo norte del centro. En la plaza de Maximiliano José vemos la preciosa fachada de la Residencia real y el teatro de la Ópera, justo donde arranca la calle del lujo en Múnich: Maximilianstrasse.
Para acabar, mi propuesta es la de parar un segundo para admirar la monumental Odeonsplatz, así como adentrarse ligeramente en el Jardín Inglés a través del Hofgarten. Si nos da tiempo podemos alcanzar el canal Eisbach, donde probablemente nos espere un grupo de surferos. Para entonces la lógica dicta que el cansancio será máximo, pero los deberes estarán hechos.
Más información:
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