Este jueves 21 de febrero se cumplen 104 años del asesinato de Kurt Eisner, el primer ministro presidente de Baviera tras siete siglos de Gobierno de la Dinastía Wittelsbach. Eisner, que había proclamado la República unos meses antes, fue tiroteado en plena calle en Múnich por un extremista de derechas. Después del magnicidio, el caos.
Tras cuatro años de guerra, millones de vidas perdidas por el camino y una sociedad devastada por el hambre, las enfermedades y la depresión económica, la pérdida la Primera Guerra Mundial supuso un mazazo prácticamente imposible de soportar para la población alemana.
En Múnich, las protestas se multiplicaron con la llegada del otoño y el final de la contienda. En las tarde del 7 de noviembre de 1918, una multitud se congregó en Theresienwiese aprovechando el primer aniversario de la Revolución rusa.
Las protestas pacíficas, aunque con tintes de revolución, recibieron en cuestión de horas la adhesión de excombatientes y colectivos de trabajadores, organizados en consejos obreros. Ocupados algunos edificios administrativos estratégicos, los consejos de trabajadores y soldados eligieron a Kurt Eisner como su máximo representante.
Eisner, nacido en Berlín en 1867 en el seno de una familia judía, era un periodista y escritor que se había instalado unos años antes en Múnich, trabajando para el periódico Münchener Post. Antiguo militante del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), en el tramo final de la guerra se había convertido en el referente bávaro del llamado Partido Socialdemócrata Independiente de Alemania (USPD), una escisión del ala más progresista del SPD que se había venido oponiendo a las políticas llevadas a cabo por el partido en el devenir de la contienda.
Proclamación de la República
En la misma noche del 7 al 8 de noviembre y arropado por los consejos, Kurt Eisner proclamaría finalmente la República, poniendo punto y final a 738 años de gobierno de la familia Wittelsbach.
“Die Dynastie Wittelsbach ist abgesetzt! Bayern ist fortan ein Freistaat!” (“¡La dinastía Wittelsbach ha sido depuesta! Baviera es en adelante un Estado Libre”). En estos términos tuvo lugar la proclamación, dando paso a un gobierno republicano provisional presidido por el mismo Eisner y en el que tuvieron cabida algunos de sus rivales (siempre dentro de la izquierda republicana), como Erhard Auer (SPD, ministro del Interior) o Johannes Hoffmann (SPD).
Huída y abdicación de Luis III
Mientras la masa se concentraba en Theresienwiese para mostrar su descontento, el rey Luis III pasaba la tarde del 7 de noviembre en el Jardín Inglés de Múnich, de caza. Advertido de la creciente agitación social, el monarca abandonó en las siguientes horas la Residencia, desde donde su familia había regido Baviera durante siglos. Lo hizo escondido en el maletero de un coche en dirección a la frontera con el Tirol, iniciando así su exilio y el final de una era.
Ingobernabilidad y elecciones
Desde el primer momento, el Gobierno de Kurt Eisner se encontró con grandes dificultades. Surgido de una revolución popular tras siete siglos de monarquía, Eisner no encontró un solo apoyo entre los poderes fácticos y los estratos conservadores de la sociedad. Todo lo contrario. Curiosamente, Eisner tampoco halló apoyos en la izquierda.
Los comunistas veían en el nuevo presidente, que se comprometió respetar el orden y la paz, una figura excesivamente aburguesada, mientras que para el SPD Eisner era un mero soñador. Así las cosas, terminó cediendo a las presiones y, contra su voluntad (que pasaba por consolidar primero el nuevo orden y, finalmente, convocar a los ciudadanos a las urnas), convocó elecciones generales para el día 12 de enero de 1919.
Sin una estructura de partido (en USPD era anecdótico frente al SPD) y sin tiempo de maniobra, Kurt Eisner sufrió una derrota estrepitosa en las urnas. Su partido únicamente cosechó un 2,5% de los votos y tres escaños, frente al 33% del SPD y el 35% del conservador Bayerische Volkspartei (antecesor de la CSU), partido más votado.
Asesinato
En la mañana del 21 de febrero de 1919, día de constitución de las nuevas cortes, Kurt Eisner se dirigió hacia el Parlamento, situado por entonces en la Prannerstrasse (hoy, Kardinal-Faulhaber-Strasse).
Sorpresivamente, fue abordado por el joven Anton Graf von Arco auf Valley, excombatiente de la I Guerra Mundial y miembro de la denominada Sociedad Thule, un círculo de extremistas de derechas, racista y völkisch, que posteriormente serviría de embrión para el Partido Nazi.
Dos disparos atestó Arco al presidente bávaro, que cayó muerto al instante en plena calle y al que no le dio tiempo material para presentarle al Parlamento su renuncia, la cual portaba entre sus documentos aquella mañana.
Unas horas más tarde un segundo atentado contra Erhard Auer, sucesor natural de Eisner (que no murió pero quedó gravemente herido), desencadenó finalmente una situación de mayor inestabilidad y radicalización.
La Bayerische Räterepublik o República de los Consejos de Baviera
El 17 de marzo, el parlamento encargó al moderado Johannes Hoffmann (SPD) la formación de un nuevo gobierno. Un ejecutivo incapaz de lidiar con la creciente radicalización de los grupos de izquierda, y que se vio obligado finalmente a abandonar la inseguridad de Múnich para refugiarse en Bamberg.
Para el 7 de abril, la situación era insostenible, y un grupo de literatos y anarquistas del USPD (Ernst Toller, Gustav Landauer…) tomaron finalmente el mando del gobierno, proclamando por entonces la Bayerische Räterepublik o República de los Consejos de Baviera. Este primer mandato moderado fue efímero, pues una semana más tarde facciones de tendencia comunista asumieron las riendas de un gobierno más radical.
Alarmado por la situación en Baviera, el gobierno de Berlín tomó cartas en el asunto y envió varios miles de soldados a sofocar la revolución, ayudados por los denominados freikorps, grupos nacionalistas y anticomunistas locales que se sumaron a la causa. Finalmente el 3 de mayo se dio por sofocada la revuelta comunista y se puso fin a la Räterrepublik.
A partir de ahí, el caos: en los meses siguientes los líderes del USPD y de las facciones comunistas fueron condenados por el nuevo gobierno conservador, en ocasiones a muerte, a la vez que la violencia se apoderaba de las calles en Múnich. Las víctimas (de ambos lados) se cuentan por cientos (según las fuentes, se estima entre 500 y 2000 muertos en Múnich aquel año). En este contexto cabe situar el nacimiento en Múnich del Deutsche Arbeiterpartei (DAP), que en pocos meses mutaría en el Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei (NSDAP), el Partido Nazi. La semilla había sido sembrada. Lo que vino luego, es de sobras conocido.
Más información:
Memoriales de Kurt Eisner en la ciudad:
Kardinal-Faulhaber-Strasse 14
Oberanger