No demasiado lejos de la tradición mediterránea de la Mona de Pascua, en Alemania es costumbre celebrar el Domingo de Pascua en familia mediante la búsqueda de huevos, los Ostereier, en el jardín. Estos suelen venir de la mano de conejitos de chocolate.
En Múnich es habitual conmemorar el Domingo de Pascua en familia buscando huevos de colores en el jardín de la casa. Son los denominados Ostereier (Huevos de Pascua), que acostumbran a ir de la mano de Osterhasen (Conejos de Pascua) de chocolate. Son huevos previamente cocidos y pintados de colores.
Origen
De la misma forma que en otras culturas cristianas, el consumo de huevos en Pascua está vinculado a la Resurrección de Cristo y el final de la Cuaresma. Hay que tener en cuenta que durante este periodo no era posible el consumo de carne entre católicos, por lo que los huevos (considerados en su momento como tal) se almacenaban, habiendo gran disponibilidad tras la Semana Santa.
Asimismo, desde hace varios siglos en Alemania se ha vinculado la figura del conejo a la celebración, siendo el encargado (simbólico) de traer los huevos. Con el tiempo, la figura del conejo de Pascua se convirtió en una figura de chocolate, que no falta en los hogares muniqueses ni alemanes durante estas fechas.
Por otro lado, tanto la figura del conejo como la del huevo están asociadas a la fertilidad, a su vez vinculada a la estación primaveral durante la que se celebra la Pascua.