Símbolo de la ciudad, las torres de la Catedral de Nuestra Querida Señora (Dom zu Unserer Lieben Frau) y sus cúpulas encebolladas dominan el centro histórico. Encargada por Segismundo de Baviera, su construcción duró 20 años, siendo consagrada en 1494.
Construida entre 1468 y 1488, aunque consagrada en 1494, la catedral de Múnich con sus características torres es uno de los principales símbolos de la ciudad. Fue proyectada por el maestro de obras Jörg von Halsbach que concibió una gran iglesia de tres naves sobre otra anterior, con capacidad para 20 000 personas –casi el doble de la población del Múnich de la época– y en estilo gótico tardío.
Al respecto, las dos agujas góticas inicialmente previstas nunca llegaron a colocarse, sino que en 1525 se colocaron las dos cúpulas cuya estética ya no se corresponde con el Gótico sino con el Renacimiento y que han trascendido hasta nuestros días.
Sobre el nombre del templo, oficialmente es el de Dom zu Unserer Lieben Frau, o Catedral de Nuestra Querida Señora, si bien es comúnmente conocida como Frauenkirche.
En cuanto a las torres de la catedral, cabe mencionar que son vistas con claridad a una gran distancia y desde varios puntos del centro histórico. A los 99 metros de altura que levantan del suelo hay que sumar el hecho de que existe una regulación urbanística municipal de 2004 que impide levantar edificios que pudieran hacerles sombra tanto en el centro histórico como dentro del primer anillo urbano. Por cierto, las dos torres no son exactamente idénticas, de hecho una de ellas es unos centímetros más alta que la otra: 98,57 metros la torre que da a norte, por 98,45 la que da a sur.
Destrucción durante la guerra
Como el resto de la ciudad, la Frauenkirche fue parcialmente destruida durante la II Guerra Mundial, quedando arrasada la zona del altar mayor pero no así las torres. En el interior se pueden ver algunos paneles que muestran el estado en que quedó, pero también cómo era antes de la guerra y cómo es en nuestros días.
La pérdida de abundante patrimonio histórico ha provocado que el interior, totalmente reconstruido, ofrezca un aspecto relativamente frío para el visitante. No hay que olvidar que, en realidad, se trata de un edificio reconstruido en base a lo que fue, pero contemporáneo.
Cabe mencionar igualmente que acoge interesantes obras de arte religioso correspondientes a diversos estilos o que en su cripta descansan algunos de los dirigentes más importantes de la historia de la ciudad y Baviera, así como arzobispos.
Cenotafio
A la entrada encontramos el cenotafio del emperador Luis IV de Baviera, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico entre 1328 y 1347, soterrado en la citada cripta.
Otros datos de interés son: el relieve en bronce dedicado a Benedicto XVI (Joseph Aloisius Ratzinger), oriundo de Baviera y quien fue arzobispo de Múnich y Freising entre 1977 y 1982. También la conocida como Huella del Diablo, Teufelstritt, una marca en el suelo que una leyenda vincula a una pisada del mismo demonio. La propia catedral menciona la historia tanto en unos paneles legibles en el interior del templo como en su página web. Según estas informaciones, el constructor Von Halsbach habría engañado al diablo al ocultar las ventanas de la iglesia tras sus columnas, lo que se tradujo en una enorme cólera de éste y la citada marca en forma de pisada ante la puerta principal de acceso.
Más información y visitas:
Frauenplatz
www.muenchner-dom.de
La entrada es libre, mientras los horarios se pueden consultar en la web oficial de la Catedral, normalmente de 07 a 19 horas, con algunos cambios según días. Durante la celebración de misas, se restringe el movimiento por el interior. En cuanto a las torres, están cerradas mientras finaliza su restauración.
Cómo llegar:
S-Bahn líneas 1-8, U-Bahn U3 o U6, Bus 52. Paradas en Marienplatz
S-Bahn líneas 1-8, U-Bahn U4 o U5. Parada en Karlsplatz (Stachus)