La ruta cicloturista Bodensee – Königssee recorre el territorio alpino y prealpino bávaro a lo largo de 418 kilómetros, cruzando Baviera de oeste a este, desde el lago Constanza al Parque Nacional de Berchtesgaden. Una experiencia única y relativamente accesible.
Antes de arrancar a pedalear, es momento de poner sobre la mesa tres cosas que seguramente no sabías sobre la relación de los alemanes con la bicicleta:
- El inventor del vehículo antecesor de lo que hoy llamamos bicicleta fue Karl Drais y era alemán, de la zona de Baden-Würtemberg.
- Este mismo señor fue el primero en realizar un viaje (corto) en con un medio de transporte de estas características.
- La marca de alforjas (bolsos para bicicletas) más famosa a nivel mundial es bávara y tiene su central a 190 km de Múnich, en Heilsbronn.
Esto explica, en parte, por qué los alemanes son conocidos a nivel mundial por ser los más asiduos al cicloturismo y por sus rutas exclusivas para bicicletas (que se expanden por toda Europa). Es común en esta parte del continente europeo que, durante las vacaciones, amigos, parejas, familias e incluso personas que deciden viajar solas agarren su bicicleta, le coloquen las alforjas con todo lo necesario y emprendan el recorrido por alguna de las infinitas rutas para cicloturistas que existen. Algunos realizan tramos de 2 o 3 días; otros de semanas volviendo por otro camino o subiendo las bicicletas al tren y hay quienes se animan a la aventura por meses e incluso años. Quien les escribe, ha experimentado un viaje en bicicleta de siete meses pedaleando más de 4000 km, por lo que parte de la información de este artículo viene de primera mano.
Siempre me pregunté por qué, a mi paso por Hungría durante el viaje en bici, la gente me saludaba en alemán (a pesar de mi aspecto latino y mi bandera argentina), y por qué en Italia cada vez que pedía información (en italiano) me daban folletos en alemán. La respuesta está en el hecho de que, en primera instancia, en muchos países europeos se relaciona a los cicloviajeros con la población alemana. Intuyo que esto tiene sus orígenes en 1818 cuando el alemán Karl von Drais inventa el primer velocípedo del mundo, antecesor directo de la famosa bicicleta. Es él mismo el que realiza el primer viaje (corto) con este tipo de vehículo.
Lo cierto también es que la marca más conocida a nivel mundial de alforjas para bicicletas es oriunda de Baviera (inicialmente con sede en Núremberg y actualmente por cuestiones de espacio en Heilsbronn). Obra y creación de un joven bávaro, Hartmut Ortlieb, quien luego de su húmedo y frustrado viaje en bicicleta por Reino Unido decidió que ya era hora de que alguien inventase alforjas 100% impermeables.
Es por ello que considero que una forma de hacer turismo local y de vivir una experiencia típica alemana-bávara, sería realizando alguno de los trayectos marcados para el cicloturismo. Y qué mejor que transitar la ruta por el sur de Baviera, que además atraviesa los tres castillos del Rey Luis II ( Neuschwanstein, Linderhof, y Herrenchiemsee) y nos regala los paisajes más bonitos de los Alpes bávaros. Se trata de la llamada Ruta Bodensee – Königssee.
Se trata de una ruta de unos 420 km que comienza en los lindes entre Baden-Würtemberg y Baviera, a orillas del lago Constanza, y atraviesa todo el sur bávaro llegando hasta el Parque Nacional de Berchtesgaden, en la frontera con Austria. Lleva ese nombre porque comienza y termina en dos importantes lagos de la región: el Bodensee (o Lago de Constanza) y el Königssee.
¿Por qué recorrer esta zona en bicicleta? Testimonio de Florencia y Sebastián, dos argentinos oriundos de Buenos Aires que se animaron a pedalear por esta ruta:
“No tenemos más que recomendar tanto la región bávara como la ruta ciclista Bodensee – Königssee. Pasamos un poco más de una semana de ensueño entre paisajes de montañas hipnotizantes y un relax contagioso de la gente que vive en esta región”.
Lo mejor del viaje: “Lo mejor de este tipo de viajes y de alojarse con locales son las recomendaciones. Hay dos trucos que nos dieron nuestros anfitriones para apreciar mejor la visita del castillo de Neuschwanstein, por ejemplo. Uno es que pasando el puente sobrecargado de turistas se accede a una caminata de unos cuarenta minutos en la montaña donde se alcanza una vista panorámica mucho mejor. Nos quedamos embobados. El otro truco, es bajar por la cascada en un camino que está cerrado al público por peligro de derrumbe, pero que los chicos que nos hospedaron nos dijeron que era para que no se llene de turistas. Dicho y hecho, todos pasaban de largo por ese camino. Nos metimos. Había varios locales, familias paseando por el río y la cascada. Claramente fue un gran consejo”.
Puedes leer la experiencia completa de Florencia y Sebastián en la nota que publicaron en su blog de viajes.
Aspectos a tener en cuenta para realizar el viaje:
Dónde dormir: Las opciones a la hora de elegir alojamiento varían según los gustos, los deseos y las necesidades de cada cicloviajero y van desde el acampe libre (free camping) hasta casas de familia o hoteles.
- Acampe libre o free camping: Si bien no está permitida esta forma de pernoctar en Alemania, hay quienes lo hacen en bosques, campos y zonas naturales alejadas de rutas y viviendas. Lo fundamental: respeto al entorno.
- Alojarse con locales mediante la red Warmshower, una página web mediante la cual, tras crear un perfil personal, es posible contactarse con cicloviajeros locales que ofrecen de forma gratuita una ducha caliente (de ahí el nombre de la comunidad) y una cama (o espacio en el jardín para armar la carpa).
- App buscadora de hospedaje Bett und Bike, una aplicación para el celular para buscar hospedaje económico para cicloturistas. Se organiza por zona y es bastante completa.
- Hotelería o granjas.
Qué ver (imprescindibles):
- Füssen: punto culmine de la Ruta romántica, próximo a los castillos de Luis II. Centro histórico con mucho encanto.
- Honhenschwangau: es en este municipio vecino donde encontramos los castillos de la familia real bávara, los Wittelsbach. Honhenschwangau, donde Luis II pasó su infancia, y el célebre Neuschwanstein.
- Wieskirche: Iglesia de la Pradera, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1983. Templo barroco con pinturas murales y estucos impresionantes.
- Linderhof: otro de los palacios de Luis II. La ruta no pasa exactamente por aquí, pero un desvío es muy interesante.
- Oberammergau: cercano a Linderhof, este pueblo es conocido por su escenificación de la Pasión de Cristo cada 10 años (próxima en 2020), los frescos en las fachadas de las viviendas y la fabricación de los sombreros típicos bávaros de fieltro con plumas, entre otros.
- Ettal: pequeña población, próxima a Oberammergau y Linderhof, famosa por su abadía benedictina del sigo XIV, y por ser uno de los pueblos que participó en la conspiración contra Hitler en los últimos años del Tercer Reich.
- Herrenchiemsee: tercer y último castillo construido por Luis II, diseñado para ser una copia del palacio de Versalles en Francia. En una isla en el lago Chiemsee.
- Berchtesgaden: punto de referencia ene l parque nacional del mismo nombre. Lagos, montañas, cascadas… un entorno único.
- Salzburgo: ya fuera de la ruta, muy pocos km más allá, la ciudad natal de Mozart bien merece una visita.
¿Te gustaría hacer una visita guiada en bicicleta en Múnich? ¿O un tour de varios días en bici por Baviera? Infórmate en info@bayernamedida.com.