Icono del sitio Muniqueando

Obras elegidas: Autorretrato de Durero

Para inaugurar esta sección del blog dedicada al arte he elegido uno de mis retratos preferidos: Autorretrato en abrigo de piel, pintado en 1500 por Alberto Durero. Se expone en la Alte Pinakothek de Múnich.

Obras elegidas

por Alejandra Gonsebatt

Museos, galerías e instituciones culturales en Múnich

1. ‘Autorretrato en abrigo de piel’ (1500). Alberto Durero. Alte Pinakothek, Múnich

Autoretrato de Durero. /@jordi_orts

El retrato como género pictórico

Gracias a este género pictórico, conocemos hoy en día la fisionomía y algo más de personajes históricos. Dependiendo de la destreza del pintor, y de la empatía entre el que mira y el que se deja mirar, un retrato nos permite descubrir otras cosas del modelo: su carácter, su estrato social, el estado de ánimo en ese momento y algunas características especificas de una persona en particular. Claro, desde el filtro de la mirada del pintor. O del objetivo del retrato. En este sentido no es raro pensar en idealizaciones o exaltaciones de virtudes.

Ya desde la antigüedad podemos constatar la manifestación de este género pictórico. Durante la Edad Media y poniendo el foco en el cristianismo, la representación del individuo solo se restringe a pequeñas figuras del donante de las pinturas religiosas. En el Renacimiento, al ser el hombre el centro del universo, el retrato cobra nueva vida. Aparece el retrato privado como símbolo de estatus social. El uso de la pintura al óleo, que tiene un proceso de secado lento y permite regocijarse en los detalles, constituye un gran aporte al género. Un ejemplo, lo tenemos en los pintores flamencos  quienes son los primeros en explotar este nuevo medio.

Su punto álgido lo alcanza en los siglos XVI y XVII. Podemos decir que con Rembrandt el retrato se establece en la burguesía y en el área privada. Se suman los pequeños retratos: minipinturas que tienen como objetivo tener cerca a alguien significativo.

La fotografía en el siglo XIX propone una técnica rápida y cómoda para representar la realidad. Sin embargo el retrato pictórico se mantiene dentro de la lucha contra las convenciones artísticas en el siglo XX y se abre nuevos caminos sirviéndose también de la fotografía. Pensemos en las obras de Andy Warhol y Gerhard Richter. 

El autorretrato

En nuestro tiempo quien está activo en las redes sociales ha posteado mas de una vez un selfie. ¿Qué buscamos generar con esto? Atraer la atención sobre lo bien que lo pasamos, donde estamos, con quién…

Si buscamos la primera representación de sí mismo hecha por un artista, la encontraremos en una escultura de la segunda mitad del 1300 a.C. El escultor de la corte bajo el reinado del faraón Akenatón, Bak, se representa con una gran barriga al lado de su hermosa mujer, Estela de Naos (Museo Egipcio de Berlin). Pero, lo que hoy entendemos como autorretrato, comienza en la Edad Moderna. 

Por supuesto que estos artistas no buscan sólo representar su apariencia. Ellos se eternizan a sí mismos junto con su obra. Es la unión del “yo soy” y “yo puedo”.

Autorretrato en abrigo de piel

Óleo sobre madera de Tilo  (67,1 x 48,9 cm.)

/ALTE PINAKOTHEK

Alberto Durero (Núremberg, 1471-1528) es un apasionado autorretratista. Los retratos comerciales no le interesan. A través de sus numerosos autorretratos intenta elevar la posición del pintor de artesano a artista. Sus autorretratos demuestran su habilidad técnica como la reflexión que hace el artista de sí mismo,  sobre su posición social y la reafirmación de su personalidad. A la edad de 28 años, como detalla a la derecha del cuadro, pinta uno de los mas famosos: Autorretrato en abrigo de piel. Su figura emerge hierática de la profundidad del fondo.

Se pinta frontal, como un Cristo, el creador terrenal y celestial. Su mirada está enfocada en un punto más allá del espectador. Sus rizos, pintados al detalle, caen simétricamente a los lados del rostro sereno. Su mano derecha (su herramienta artística) se apoya delicadamente en el centro inferior del cuadro sobre la piel de su abrigo. Nos recuerda la mano de Dios, cuya representación se usa para mostrar la intervención divina. El proceso creativo como un acto divino. Arriba a la izquierda, bien visible y como parte de la composición, se lee el año de la pintura, 1500 y su firma, el emblema formado con las siglas AD. Este monograma es también un sello de autenticidad ya que Durero lo hace proteger por el mismo emperador para evitar copias de su obra.

Nada es casual. La frontalidad de las figuras en su época, es restringida a figuras religiosas, a la representación de Cristo. Los artistas de la época no llevan abrigos de piel de marta. Durero hace referencia a su identificación con la nobleza a la que accede formalmente tras su inclusión en el Consejo de Nuremberg en 1509. Su emblema, bien visible, es un sello de calidad.

¿Cómo llega a Múnich? 

Después de entrar al Consejo de Nuremberg, Durero regala el autorretrato al mismo Consejo que lo hace colgar sobre el Portal del Ayuntamiento de Núremberg. A mediados de 1805, el Principado de Baviera (Reino de Baviera desde 1806), a través a través del coleccionista Georg Gustav Petz von Lichtenhof y del grabador Abrahm Wolfgang Küfner, adquiere el cuadro por sólo seiscientos gulden.

¿Cómo llega a vender Núremberg una obra tan significativa? A comienzos del 1800 la situación de Núremberg es crítica. Las tropas francesas ocupan la ciudad por corto tiempo, Baviera y Prusia se disputan la soberanía sobre ella. Económicamente la región está en apuros. La guerra de los Treinta Años ya la había dejado en ruinas, y arrastraba deudas inmensas. Para mantenerse a flote la ciudad comienza a vender sus tesoros artísticos. 

En julio de 1806 con la formación de la Confederación del Rin en el marco de las Guerras Napoleónicas, Núremberg pasa a manos del Reino de Baviera.

Entretanto el famoso autorretrato de Durero ya estaba en poder de la casa real bávara, por la acción de ávidos comerciantes de arte.

Alberto Durero

Alberto Durero no es cualquier artista. Es el artista que trae el renacimiento italiano a Alemania. 

A través de sus viajes llega a ser reconocido en toda Europa. Adherente al Humanismo, convencido de la intelectualidad de su profesión. Observador agudo de la naturaleza. Utiliza a conciencia el método de reproducción del grabado para extender su fama y mejorar su posición económica. Sabe moverse en la sociedad de su época.

Fue un trabajador incansable: más de 1000 dibujos, 100 grabados en metal, unas 240 xilografías y 90 pinturas, además de unas 34 acuarelas conforman el legado artístico de este gran artista.

Su diario personal, sus escritos, cartas, sus teorías hacen de Durero uno de los artistas mejor documentados de su época.

Murió el 6 de abril de 1528 por altas fiebres probablemente como consecuencia de la malaria que padecía. Sobre su tumba en el cementerio de Johannis de Núremberg se lee la dedicación de su amigo, el humanista Willibald Pirckheimer: “Aquí yace lo que era mortal en Alberto Durero“.


¿Te gustaría realizar una visita guiada por la Alte Pinakothek de Múnich? En Bayern a medida las ofrecemos en privado, y en español. Si necesitas más información, escríbenos a info@bayernamedida.com.


Salir de la versión móvil