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Das Hallo Projekt, saludos que integran

 

hallo projekt

Encuentro de participantes del proyecto. /NAYARA SCHNEIDER

Hallo significa hola en alemán. “El hallo abre puertas, puede cambiar el mundo. Con un halló uno inicia conversaciones en la calle y hasta puede hacer muy buenos amigos. Es el comienzo de todo”. (Lisi Brizuela, creadora de Das Hallo Projekt en Múnich).

En medio de una Alemania convulsionada por el accionar de grupos neonazis, existen inmigrantes que utilizan su tiempo fuera del trabajo y sus ganas de ayudar para desarrollar proyectos de integración social. Tal es el caso de Lisi Brizuela, una argentina de 28 años residente en Múnich, que junto con su equipo reúne esfuerzos diariamente para cambiar su realidad más cercana. Lo que ellos hacen se llama Das Hallo Projekt, y consiste en reunir personas mayores locales con inmigrantes que quieran practicar el alemán. “Creemos que nadie debe ser excluido, y menos si factores como el origen, el idioma, la edad, los ingresos y / o el estado de salud son la causa de la exclusión social”, establece el equipo como la idea central del proyecto.

El proyecto

Encuentro en el Westpark de Múnich. /NAYARA SCHNEIDER

Todo empezó en 2017. Lisi, luego de haberse mudado a Múnich, comenzó a notar que una gran cantidad de abuelos (personas mayores de 60 años) deambulaban por la zona de la Estación Central de trenes, Hauptbahnhof, en busca de latas y/o botellas en los basureros para obtener algún dinero a cambio. Presintió que allí había un problema social, una gran falla en el sistema que debía ser resuelta. A los pocos días vio por televisión una nota en un programa de noticas en la cual explicaban el gran problema de pobreza y aislamiento social que viven los abuelos en Alemania. El 22% de los habitantes de Múnich son personas mayores de 60 años. Muchos de ellos no tienen familia ni conocidos en las cercanías y pasan gran parte de su tiempo solos. Un gran número de esta población continúa recibiendo una pensión baja, lo que significa que solo pueden participar de forma limitada en actividades sociales.

Por otro lado, hoy en la capital de Baviera residen casi 200 000 inmigrantes entre 20 y 40 años. Su interés en un intercambio lingüístico y cultural es muy grande. Muchos factores, como la falta de tiempo y la falta de interlocutores adecuados, representan una barrera para la integración.  Lisi vivió en primera persona y mediante sus allegados la frustración que representa la falta de entendimiento por la barrera idiomática. Aprender alemán no es fácil, y es mucho más complicado si no se tiene con quien practicarlo ni se tiene la motivación necesaria.

Es por estos motivos que se le ocurrió crear un proyecto que se enfocase en resolver dos grandes problemáticas muniquesas: la soledad de los adultos mayores y la falta de integración de los inmigrantes por cuestiones idiomáticas. Así fue como nació Das Hallo Projekt.

Las actividades de Das Hallo Projekt consisten en caminatas por algún parque (van cambiando de ubicación para que todos abuelos e inmigrantes recorran y conozcan Múnich), clases de salsa o diferentes tipos de juegos (por ejemplo). De a poco, también están comenzando un programa de tándem.

El nivel de alemán que se pide (no se exige, pero sí es una recomendación) es de A 2.2, para poder entablar al menos una conversación básica y no sentirse frustrado en el primer encuentro.

¿Cómo enterarse de los próximos eventos? Siguiendo las publicaciones en la web del proyecto (en facebook): www.facebook.com/dashalloprojekt

La joven tras el proyecto

Lisi Brizuela. /ALINA GENESIO

Lisi, 28 años, oriunda de Santa Cruz, Argentina. Antes de terminar el colegio secundario, a los 17 años, se inscribió a un sistema de pasantías internacionales que la llevaron a Bélgica.  Cuando volvió a su país, se mudó a Buenos Aires para comenzar sus estudios universitarios en Relaciones Internacionales. Durante estos años formó parte de forma voluntaria en diferentes organizaciones sociales. La última de ellas fue la ONG Zero Fronteras (2012-2013).

En 2010 había conocido en Buenos Aires a un alemán oriundo de Baviera que luego se convertiría en su esposo, y que la traería a Múnich a finales del 2013.

Cuando Lisi llegó a Munich vivió en primera persona las dificultades de la integración por parte de los extranjeros recién llegados. Lo primero que notó fue que la mayor barrera era el idioma. Cuando uno no habla bien el idioma local, no puede expresarse tal cual es ni mostrar su verdadera personalidad. “Recién cuando podés hacer bromas en el idioma local, es ahí cuando te sentís integrado y podés verdaderamente interactuar con el entorno de una manera natural; pero para llegar a eso hay un largo proceso que incluye academias (para aprender la gramática) y mucha práctica”, manifiesta Lisi. Ella había participado de varios encuentros de tándem (encuentros entre dos o más personas para intercambiar conocimiento en dos o más lenguas y practicarlas) para mejorar su alemán, pero ninguna le había dado resultado. “Lo difícil es desarrollar relaciones y mantenerlas. Hice muchos tándems, pero a la mayoría los vi solo una vez y nada más”, asegura.

Durante sus primeros años en Alemania, intentó formar parte de alguna que otra ONG o centros de voluntariado. Pero pareciera ser que, a veces, en Alemania hasta es complicado ayudar por cuestiones burocráticas. Es por eso que, en 2017, decidió desarrollar un proyecto propio y fundar su propia ONG.

Luego de mucho trabajo de investigación, encontró que una academia de Coaching (Coaching Civil Academy) ofrecía plazas para un curso que se iba a desarrollar en Alemania a finales del 2017 y principios del 2018. Quedó seleccionada entre los jóvenes que se postularon. Durante ese curso terminó por convencerse de que su nuevo proyecto y sus ideas tenían que ser llevadas a cabo y de que no iba a detenerse hasta lograrlo.

Ella no lo sabe, pero ese entusiasmo por ayudar y por concretar ideas con el único fin de mejorar el mundo (al menos la parte más cercana), no es algo que se vea todos los días. Como la mayoría, Lisi trabaja tiempo completo y tiene su familia (el alemán que la trajo –por suerte- hasta Múnich). Aun así, ella invierte su tiempo en un proyecto social que no solo está cambiando la forma de integración cultural sino la forma en la que los alemanes ven a los latinos. Incluso hasta la forma en la que los latinos nos vemos a nosotros mismos. He aquí la prueba de que los hispanos no solo nos quejamos de la exclusión social de los inmigrantes en Alemania; hay muchos que “ponen las manos en la masa”, como diríamos en Argentina, y se largan a hacer algo al respecto.

¿Y por qué abuelos? Ante esta pregunta, Lisi responde algo que todos los que vivimos en el extranjero sentimos alguna vez: “Cuando estamos tan lejos de casa, todos los abuelitos que nos cruzamos en la calle nos recuerdan a los nuestros. Yo también quisiera que alguien se preocupe por mis abuelitos y haga algo pro ellos si los ve en esta situación”.

Durante 2018, Lisi fue encontrando colaboradores y formando un equipo de trabajo. Hoy en día, forman parte de Das Hallo Projekt, Paula y Aylén de Argentina, Marco de Italia, Laura de Francia y Lena de Alemania.

¿Te gustaría participar de los encuentros mensuales? ¿Tenés contacto con centros de jubilados en Múnich y querés hacerles llegar la propuesta? ¿Querés ayudar a la distancia de alguna forma?

Si querés colaborar con el proyecto podés contactarte con Lisi o con su equipo de la siguiente manera:

Más información:

Teléfono: 0171 3398766

Perfil de facebook de Das Hallo Projekt

Web: http://leb-bunt.org

Periodista, escritora a ratos, viajera de oficio, entusiasta y enamorada de Baviera. Así es Alina, una cordobesa (de Argentina) que disfruta contando historias, escalando montañas, sacando fotografías y descubriendo paisajes. Se la reconoce de lejos con su sonrisa y, en los días cálidos de verano, su inconfundible sombrero rojo de estilo alpino. Merece la pena seguirla en las redes sociales. Guía acreditada en Múnich y miembro del equipo de Bayern a medida.

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