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Itxaso, (cuidado con) las mejores tapas

Es loable la calidad de las tapas de Itxaso, al menos si lo comparamos con el panorama a casi 1.500 kilómetros de los Pirineos como estamos, pero lo cierto es que este bar español se ha granjeado fama de exagerado en precios y parco en el tamaño de las raciones.

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Pinchos en Itxaso

Pinchos en Itxaso

Han pasado apenas dos años y ha llovido mucho desde el primer y benevolente comentario de Itxaso aquí publicado –allá por mayo de 2012, a las pocas semanas de abrir–. Seguramente éste siga siendo uno de los mejores bares de inspiración ibérica en Múnich, sino el menos malo, pero la historia merecía ser reescrita.

Entonces, probablemente emocionado tras las primeras visitas a Itxaso, dejé escrito que allí “uno puede pedir como si estuviera tapeando por Madrid, o en el mismísimo casco viejo de Bilbao”. A todas luces exageraba, como también lo haría si incluyera en esta segunda crónica el comentario, reciente y antagónico, de un amigo donostiarra: “He visto kebabs en Donosti más vascos que Itxaso”.

Sobre lo primero, con el tiempo se ha demostrado que mentía más por la diferencia de precios que por otra cosa, pues aunque los pinchos de Itxaso parten de 2,8 € –precio muy razonable–, si entramos en materia la cosa se embala con mucha facilidad. Por ejemplo, una botella de tercio de Estrella de Galicia cuesta 3,8 € –medio litro de Augustiner acostumbra a costar menos en la mayoría de cervecerías muniquesas–, una copa de txacolí sale por seis euros y una tortilla de patatas, deliciosa pero huevo con patata al fin y al cabo, por 22 €. Hay que reconocer, en honor a la verdad, que se pueden obtener precios razonables si se pide con cuidado, por ejemplo encargando el vino a botellas o esquivando las tapas más prohibitivas.

En lo relativo a la originalidad del bar como un punto de encuentro con la gastronomía del norte de España, concretamente de Euskadi, prefiero abstenerme, con esto de que no soy vasco y que conozco sus usos y costumbres menos incluso que las bávaras. Eso sí, reconozco que los platos de paella del domingo o, sin duda, el traje de torero que engalana extrañamente la entrada, no son el mejor exponente.

Dicho eso, hay que admitir que las tapas de Itxaso son de lo mejorcito que uno puede encontrar en la barra de un bar de Múnich, sino directamente lo mejor. Como mínimo, insisto, lo menos malo. En este sentido, magníficas las croquetas y generosas las raciones de pulpo a la gallega, como también acertados la mayoría de pinchos que se ofrecen en el mostrador.

Pulpo a la gallega

Pulpo a la gallega

Croquetas, pocas pero excelsas

Croquetas, pocas pero excelsas

En cuanto al servicio, el bar está atendido por una legión de camareros españoles, por lo general atentos. El idioma no supone ninguna barrera para un español que se digne a visitarlo y es relativamente fácil encontrar acomodo en la barra.

Una pena que decidieran, a las primeras de cambio, entrar en la dinámica de mesas reservadas, lo que dificulta sobremanera intentar cenar en Itxaso sin reserva previa. Especialmente en fines de semana y vísperas de festivos.

De la decoración, traje de luces aparte, destila un aire ibérico bastante más apetecible que el del típico bar en la diáspora. Decoración, mobiliario e iluminación contemporáneos.

Finalmente, resaltar la ubicación, a escasos metros del centro en el vibrante barrio de Glockenbach. Esto asegura clientela y ambiente la práctica totalidad de las noches, además de hacer la visita asequible para el turista.

“Sus tapas son de lo mejorcito; los precios no”

Más información:

Pestalozzistrasse 7

Página web de Itxaso

Página de Itxaso en facebook

Valoración en Tripadvisor

Muniqueando (20120529): Itxaso

Abierto todos los días desde las 11 hasta las 23 horas. De jueves a sábado se retrasa una hora el cierre.

Transporte público:

U-Bahn U1, U2, U3 o 06. Parada en Sendlinger Tor

Aterrizado en Múnich por casualidad y establecido por convencimiento, Jordi es un periodista reconvertido felizmente a guía. Editor de Muniqueando y colaborador freelance en varias revistas, ha convertido su pasión por los viajes (y por Baviera) en una profesión. Es guía oficial de Múnich y socio en Bayern a medida. En temporada alta pasa más tiempo en los Alpes que en su casa. Adora los tours por Múnich, especialmente si son en bicicleta.

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